El Terracuda, Chip Foose elevado a la máxima expresión

Hablar del SEMA Show y no hacerlo de Chip Foose es casi sacrílego. Y más si vemos las obras de arte que presenta este hombre cada año en Las Vegas. Para este año, el elegido ha sido un 1970 Plymouth Barracuda, al que apenas le queda el nombre del original, y casi que tampoco, ya que lo ha bautizado como el Terracuda.

Es curioso como Chip Foose puede hacer realidad casi cualquier sueño de sus clientes. Los colores del Terracuda tienen un porque. Uno de sus clientes le llevó un reloj Breitling y le dijo que quería un coche que hiciese juego con él. Excentricidades de los ricos.

Y este es el resultado, un clásico Plymouth Barracuda pintado en el nuevo color Terracuda Brown con las clásicas bandas en California Gold. Una combinación realmente exquisita y que pasa a estar disponible en la gama de exclusivos colores de su taller.

A partir de ahí, una extensa modificación de casi todos sus componentes dan como resultado esta extraordinaria pieza de colección, que irá acumulando ceros en su precio a lo largo de los años. No soy muy partidario de llantas con colores rarunos, pero creo que con este coche habrá que hacer alguna excepción.

Conociendo el minucioso trabajo de Chip Foose a la hora de personalizar un coche, no es extraño ver que desde el chasis hasta todos los componentes de la carrocería han recibido su toque personal. El chasis, por ejemplo, se ha sustituido completamente por uno de Art Carr, al que se le ha aumentado la batalla, llevando el eje delantero tres pulgadas hacía adelante.

La carrocería también se ve modificada en cada panel que la compone. Son cambios mínimos, que sin un 1970 Plymouth Barracuda delante, algunos son prácticamente imposible de apreciar, pero algunas partes, como la trasera o el capó, si que son perfectamente reconocibles.

El motor utilizado es un crate engine Mopar V8 392, adornado con detalles del mismo color de la carrocería. Da pena encender ese coche y pensar que su corazón se puede manchar. Una pena que no se especifiquen sus prestaciones, pero le auguro unas de escándalo, como debe de ser.

El interior sigue la misma línea, pero con aún más lujo si cabe. Los asientos, de corte deportivo clásico, están tapizados con cuero de Ferrari y son de fibra de carbono. El resto, aún conservando las líneas maestras del modelo clásico, presenta sutiles personalizaciones de un gusto exquisito.

Vía | Autoblog
En MotorPasion | Foose Hemisfear, ¿habrá algo más bonito en el SEMA?

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