El Mercdes 300 SL "Alas de Gaviota" es todo un icono de la historia de Mercedes-Benz. Y con precios que superan hoy el millón de euros para una unidad simplemente en buen estado, es además una inversión. Y sin embargo, AMG se atrevió a finales de los años 90 a efectuar conversiones al más puro estilo restomod bajo pedido. Hubo 11 unidades convertidas, aunque no es la obra de la que estén más orgullosos en AMG.
El Mercedes-Benz 300 SL “Alas de Gaviota” (tipo W198) es sin duda la creación más emblemática de Mercedes. Cuando llegó al mercado en 1954, fue una auténtica obra de arte tecnológica. No era el AMGT GT R de la época, sino más bien el Bugatti Veyron de los años 50. Y con pedigrí deportivo para más inri, pues es la versión de calle del 300 SL de carreras (tipo W194).
El 300 SL era el coche más avanzado de su época
En 1952, el 300 SL colgó en su palmarás una victoria en las 24 horas de Le Mans 1952, en la Eiffelrennen del Nürburgring 1952 y en la Carrera Panamericana, así como una segunda plaza en las Mille Miglia. Hoy en día, el 300 SL es un modelo que despierta pasiones y su diseño es uno de los más aclamados de la historia del automóvil.
En su día, el 300 SL de calle podía con todo, desde un paseo en Berverly Hills hasta rodar gas a fondo en un pista mexicana. Equipaba un chasis tubular que pesaba tan sólo 82 kg, suspensión independiente a las cuatro ruedas y el primer motor de inyección en un coche de serie. Las puertas en alas de gaviota no eran un simple turco de diseño. Eran una necesidad debido al propio diseño del chasis.
El 300 SL tipo W198 es la versión de calle del coche de carreras, el 300 SLR tipo W194, realizada porque Hoffman (el entonces importador de numerosas marcas europeas en EE.UU.) convenció a los dirigentes de Mercedes-Benz que había una clientela para este coche en Estados Unidos. Así el chasis del 300 SL de calle es el mismo que el del coche de carreras: un entramado de tubos ensamblados que forman triángulos.
De ese modo se conseguía una gran rigidez y al mismo tiempo un chasis ligero. Pero para conseguir la rigidez deseada en los flancos del coche, el chasis era mucho alto en esa zona que en otros coches. El problema surgió a la hora de acceder al habitáculo. La apertura de una puerta convencional simplemente más corta dificultaría el acceso. No quedó otra opción que articular las puertas del coche desde el techo ampliando así al apertura de acceso al habitáculo. Y así nacieron las famosas puertas en alas de gaviota del 300 SL.
Hoy en día, el 300 SL sigue siendo un coche rápido y deportivo, aunque obviamente no puede rivalizar con modelos actuales. Y ahí radica el eterno dilema de algunos dueños de coches clásicos: cómo mantener la historia y el estilo del modelo original y poder gozar de la fiabilidad, del motor y de los frenos de un modelo actual.
Icon Motors, con toda clase de coches, y Singer, con los Porsche 911, pusieron de moda algo que ya se venía haciendo desde los años 80: los restomods. Se trata de restaurar un coche clásico aportando mejoras técnicas al vehículo. Si bien es algo más común en un Ford Mustang, un Porsche 911 o un Jaguar XJ, lo es menos en un Mercedes 300 SL.
Chasis de 1954 y V8 Mercedes SL60 AMG
Actualmente, un Mercedes 300 SL, en función de su estado e historia, se negocia entre un millón y dos millones de euros. No es un coche con el que te atrevas o te sea rentable efectuar un restomod. Y sin embargo, AMG se atrevió con el “ala de gaviotas”.
Este 300 SL de 1954 fue restaurado y modificado por la propia AMG, cuando ya formaba parte de Mercedes-Benz, es decir que la marca dio el visto bueno. Según Volker Niewig, director del proyecto en AMG, fue un encargo de la familia Real de Brunei.
El chasis del coche sigue siendo el de 1954, aunque con algunas modificaciones para albergar un motor y una transmisión actuales. El motor es el V8 de 6.0 litros tipo M119 que animaba a los rarísimos Mercedes E60 AMG y SL60 AMG (y que modificado y con dos turbos dio vida a los Mercedes CLK-LM de resistencia en Le Mans). Al igual que en el SL60 AMG, desarrolla aquí 380 CV y va asociado a un cambio automático de cuatro relaciones.
Con semejante grupo propulsor, en AMG decidieron sustituir la suspensión de origen de tipo semirígida por el tren trasero completo del Mercedes SL60 AMG (tipo R129) junto con amortiguadores regulables Bilstein. Los frenos de tambores de la época, logicamente, no podían servir. Delante, son los discos y pinzas de frenos del Mercedes C36 AMG los escogidos, mientras que detrás fueron los del Clase E de la época (tipo W124). La dirección asistida también procede del SL60 AMG.
Estéticamente, si no fueran por las llantas AMG con neumáticos de perfil bajo, nadie sospecharía que se trata de un restomod. Incluso sin esas llantas que cantan, los más conocedores del 300 SL se darían cuenta que los retrovisores eléctricos no pegan y que la boca de llenado del depósito está del lado “equivocado”.
El habitáculo, por su parte, ha sido el objeto de muchas más modificaciones, como atestiguan los asientos Recaro, los cinturones de seguridad de tres puntos y el volante con airbag. En cuanto al cuero lo recubre prácticamente todo, a excepción de parte del salpicadero y túnel central donde la madera le toma el relevo. Algo escondidos, pero muy presentes, están el aire acondicionado, el cargador de seis CD y la conexión para el iPod, pues el coche es de 2001.
Hay 11 unidades similares esparcidas por el mundo
No se trata de un modelo único, sino que AMG convirtió 11 Mercedes 300 SL entre 1996 y 2009, con un coste de producción -que no el de venta...- que superaba el millón de euros en todos los casos. Cinco de esos coches fueron realizados para la familia real de Brunei, mientras que las otras seis unidades fueron encargadas por clientes privados. De los 11 Alas de Gaviota, ocho eran cupés (cuatro con volante a la derecha y cuatro con volante a la izquierda).
La unidad fotografiada nunca llegó a manos del cliente que la encargó -se desconocen las razones- y fue DD Racing, en Alemania, quien la compró poco tiempo después de su conversión viendo ahí una oportunidad de negocio.Matriculado en Alemania, el coche fue vendido a un coleccionista de Hong-Kong en 2005. Desde entonces estuvo guardado en un garaje climatizado. De hecho, cuando RM Sotheby's lo sacó a subasta en 2014, el coche apenas tenía 500 km desde su conversación.
Evidentemente, cada unidad fue realizada a medida y en función de los gustos del cliente. Son modelos únicos y es poco probable que Mercedes o AMG se atrevan algún día de nuevo con un restomod de este calibre. Aunque viendo el éxito de Singer, que con el DLS de motor Williams ya se puede considerar un fabricante, quién sabe si AMG se vuelve a animar.
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