Algunos de los coches más bonitos de la historia compartían un rasgo que echamos de menos. Lo prohibieron por una buena razón

Algunos de los coches deportivos y superdeportivos más bonitos e icónicos que nos han dejado las décadas de 1970 a 1990 tienen un elemento de diseño en común: faros escamoteables. En todas sus formas posibles (más o menos creativas, según fabricante) este elemento de diseño funcional tan vistoso estuvo muy solicitado.

Los tenían modelos ya icónicos y muy diferentes entre sí como el Ferrari Testarrosa, el Lamborghini Countach, el BMW M1, el Lotus Esprit, el Porsche 944, el Mazda RX-7, por citar algunos. Sin embargo, con la llegada de los años 2000 se acabaron extinguiendo casi por completo. Hubo varios motivos, pero el mismo que les dio la vida está entre los principales.

La paradoja de los faros escamoteables

Podría decirse que el origen de los curiosos faros escamoteables se remonta a 1935 y 1936, cuando nacieron el arriesgado Cord 810 (cuyas ópticas se accionaban a mano, con una manivela) y el espectacular Alfa Romeo 8C 2900 A, con su característica carrocería alargada de formas suaves.

Sus peculiares ópticas retráctiles, que se fusionaban con la carrocería cuando no se estaban usando, además de una ocurrente opción estética para no romper las líneas de diseños tan complicados, se consideraban una solución en favor de la aerodinámica que causó sensación.

General Motors Corporation fue el primer fabricante en desarrollar los faros escamoteables con motor eléctrico, para el que se considera el primer concept-car de la historia: el innovador prototipo Buick Y-Job de 1938 firmado por el gran Harley Earl, que además equipaba elementos entonces futuristas como los elevalunas eléctricos o capota oculta.

Con el mismo concepto llegaron los del Chrysler Corporation para el DeSoto de 1942 y desde entonces no dejaron de evolucionar. Su popularidad fue variando, hasta que vivieron un auténtico boom a finales de la década de 1960 (ejemplo de ello son los Dodge Charger con los faros integrados en la calandra y algunos Lincoln, como el Continental).

Entonces su uso se extendió por Europa, pero sobre todo por EEUU, donde la normativa establecía unas pautas muy concretas de altura y tamaño de las ópticas delanteras, además de no permitir la instalación de faros con perfil aerodinámico.

Así, gran cantidad de fabricantes vieron en los faros escamoteables una alternativa a elevar la carrocería que además de ser más atractiva, era más económica.

Algunos modelos que los equipaban como opción solo se vendían con ellos en el mercado norteamericano y otros, en cambio, se reservaron a otros mercados (veáse el caso del Toyota AE86, antecesor del GT86, y su versión para EEUU: el Sprinter Trueno)

Escamoteables

Desde los faros retráctiles (el tipo de faros escamoteables más conocido) del BMW M1 o el Mazda MX-5 NA a los “pop-up” del Lamborghini Miura y los Porsche 914, 944, 968, 924 y 928… pasando por los faros semi-ocultos como los del Alfa Romeo Montreal o los invisibles de varios modelos de Dodge.

Por supuesto también hubo modelos únicos con grupos ópticos escamoteables como el tremendo Cizeta Moroder o el impresionante Aston Martin Bulldog. Si nos ponemos nostálgicos, tampoco nos podemos olvidar de los Ford Probe, Opel GT, Volvo 480, Lotus Esprit o Toyota Celica… etc.

La lista es casi tan larga como las distintas soluciones que se emplearon en su implementación. Pero desde finales de 1990, con el avance del diseño, la tecnología y las normativas en materia de seguridad, los faros escamoteables fueron condenados a su fin.

Crónica de una muerte anunciada

Por una parte, obviamente que su mecanismo fallase dejándote a oscuras al volante era extremadamente peligroso. Por otra, algunas de las principales razones que les dieron la vida, como un diseño atractivo o incluso una aerodinámica que podía verse favorecida se quedaron obsoletas frente a algo mucho más importante: la seguridad.

Puede decirse que el Chevrolet Corvette C5 (1997-2004) fue el último coche de producción que tuvo faros escamoteables. Unas normas cada vez más estrictas, sobre todo en lo tocante a la seguridad de los peatones en caso de atropello, ponían muy difícil desarrollar faros emergentes seguros, y estos acabaron prohibiéndose.

A pesar de las estrictas normativas en materia de seguridad tanto en Europa como al otro lado del Atlántico, hoy en día se podrían fabricar coches nuevos con faros escamoteables, siempre que cumpliesen con las estipulaciones que establezca la regulación, pero ni sería barato ni sencillo.

Ejemplo de ello es el precioso Ares Panther de 2019, inspirado en el clásico De Tomaso Pantera que se quedó en su fase de proyecto. De momento, quienes aprecien este tipo de faros, tendrán que seguir tirando de nostalgia.

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 10 Comentarios