'El coche fantástico', de cuando soñabas con tener a KITT en el garaje

'El coche fantástico' es una trepidante aventura de un hombre que no existe, en un mundo lleno de peligros. Michael Knight, un joven solitario embarcado en una cruzada para salvar la causa de los inocentes, los indefensos, los débiles, dentro de un mundo de criminales que operan al margen de la ley.

Eh, y nos lo sabíamos de memoria. La entradilla no soportaría un comentario de texto rubricado por Lázaro Carreter, pero molaba mil. Porque esa fue nuestra manera de conocer un coche, KITT, que era mucho más que un Pontiac Firebird Trans Am tuneado y vestido de color negro indestructible. Para muchos de nosotros fue un primer coche con el que soñar.

¿Pero de qué iba 'El coche fantástico'?

En todo momento estamos hablando de la serie original (1982-1986, según los años de emisión de sus cuatro temporadas en Estados Unidos). Para la serie de 2008 tendrá que venir alguien de aquí a unos cuantos años que sienta nostalgia por un Shelby GT500KR vestido de negro, etcétera.

¿De qué iba 'El coche fantástico'? Era una historia épica de caballeros y villanos, sólo que con coche. Recapitulemos. En el episodio piloto conocemos al agente de policía Michael Long, que se infiltra en una organización criminal para investigar un caso de espionaje industrial. En el transcurso de la investigación lo descubren y le disparan en la cabeza, a consecuencia de lo cual le destrozan la cara.

Michael Knight, después de la intervención de cirugía plástica facial

Wilton Knight, creador de la Fundación Knight dentro de la Fundación para la Ley y el Orden, costea una operación de cirugía plástica que permite recuperarle la cara a Michael Long. Tras la operación, se asigna una nueva identidad al ex policía: en adelante Michael Long estará muerto y él será Michael Knight, que defenderá a los inocentes, a los indefensos... todo eso. Y para llevar a cabo su loable misión contará con un pedazo de coche que, claro, es fantástico.

Por otra parte, tras la muerte de Wilton Knight, su mejor amigo, Devon Miles, toma el control de la Fundación para la Ley y el Orden, de manera que todos los que trabajan ahí dentro lo hacen por una causa más loable todavía: rendir homenaje al desaparecido filántropo. Y todo eso, en formato intro, nos lo pusieron como sigue:

En el límite de la memoria donde la imaginación tiende a jugar malas pasadas se encuentra una locución alternativa que quizá nunca existió, en la que se nos comentaba que Michael Knight no estaba solo en su misión, sino que contaba con compañeros como el mismo Devon (interpretado por el ya fallecido Edward Mulhare) y Bonnie Barstow (interpretada por una actriz de apellido casi mecánico, Patricia McPherson) en la primera y cuarta temporadas, con April Curtis (Rebecca Holden) en el resto. Pero, por encima de todo, había un protagonista que rizaba el rizo de los nobles corceles que montaban los caballeros legendarios: Knight Industries Two Thousand.

O sea, KITT.

A KITT le conocíamos por su otro nombre largo: "KITT, te necesito", que era lo que le decía Michael Knight a su coche a través de un wearable que era poco más que un reloj Casjo de aquellos que se vendían en los bazares andorranos. Pero aquello también tenía su punto: darle órdenes al coche y que las obedeciera, en un momento en el que lo máximo a lo que podíamos aspirar era a que Renault experimentara con locuciones grabadas como "puerta... abierta" para decirnos que no habíamos cerrado bien. ¡Claro que molaba KITT! Como para que no. Se adelantó unas cuantas décadas a toda esa montonera de coches que se aparcan ellos solos.

El equipamiento original de 'El coche fantástico' molaba mucho más en 1982, pero se conserva bien

Antes del EcoBoost, nuestra cultura motorera conoció el Turbo Boost

Según los datos que dio a conocer en su día la revista Popular Mechanics, el Pontiac Firebird TransAm de 1982 que conocimos como KITT tenía motor delantero y tracción en el tren trasero. Era un coupé biplaza que representaba para la Fundación Knight un coste de 11.400.000 dólares (una burrada de las antiguas pesetas, y lo mismo pero dividido entre 166,386 para los euros actuales).

Bajo el capó se alojaba un motor Knight Industries Turbojet con postcombustión modificada, asociado a una transmisión de ocho relaciones con microprocesador, turbodrive y autopiloto. Era capaz de acelerar de 0 a 60 mph (0 a 97 km/h) en 0,2 segundos echando mano del powerboost, mientras que frenaba de 70 a 0 mph (113 a 0 km/h) en 4,27 metros. ¿El consumo? Todo un mechero: 200 mpg, lo que equivale a poco más de 1,1760 l/100 km. ¿No era fantástico?

Entre las funciones que tenía el coche fantástico estaba, obviamente, el Turbo Boost, pero también incorporaba conducción a dos ruedas Sky, función Eject con asientos eyectables, oscurecimiento de lunas, modo de control automático, modo de superpersecución con frenado autónomo, modo de vigilancia con alarma perimetral a gritos de Carlos Revilla (Homer Simpson) en la versión española, modo silencioso, analizador químico y de voz, rayos X, emisor de gases, aceite y pulsos electromagnéticos, lanzamisiles, localizador, gancho, proyector de voz, aleación molecular para la carrocería, ruedas de escalada con clavos y modo anfibio para las salidas off-road.

Em... Sí, todo este equipamiento sonaba mejor en aquellos años.

El coche fantástico y sus tremendos castañazos

Una de las historias que más hemos leído y oído contar desde 1982 hasta nuestros días es que se utilizaron un elevado número de coches para el rodaje de las cuatro temporadas de 'El coche fantástico'. Aquí, hay datos para todos los gustos: desde el que afirma que se emplearon tres o cuatro unidades en cada episodio, hasta el que comenta que el número final se elevaba a más de un centenar de coches utilizados a lo largo de los 90 episodios de que consta la serie completa.

Lo que está claro es que la magia del montaje hizo posible que el salto de un coche ligero de fibra de vidrio y motor potente nos pareciera el mismo que el salto realizado por una unidad completa que en realidad no saltaba, porque se utilizaba sólo para los planos cortos. Tampoco nos dimos cuenta de que en más de una secuencia no veíamos el TransAm sino una maqueta realizada por el especialista en modelismo Jack Sessums, y que el coche lo mismo tenía barras antivuelco que no las tenía.

O sí que nos dimos cuenta, pero se lo perdonamos todo por la memoria de Wilton Knight.

Este es el tipo que te hizo creer que KITT podía conducir solito hasta Michael

Para la realización de aquellas secuencias en las que KITT tomaba los mandos, había dos soluciones posibles: en los planos cortos y medios era tan sencillo como atar el coche a un camión de rodaje o subirlo directamente en una plataforma, como se hace habitualmente para rodar planos de interiores de coches, mientras que en planos más generales se recurría a la habilidad de un pobre hombre con gafas, calcetines blancos y bigote que, empotrado en un asiento hueco, conducía como buenamente podía cuidando de que nadie se diera cuenta de que estaba allí.

Desde luego, la serie original difícilmente resiste un revisionado crítico por parte de un adulto. Pero aquel niño que se emocionaba con un cacho de pan y dos onzas de chocolate mientras KITT le resolvía la papeleta al tío bueno de Michael es incapaz de olvidar que 'El coche fantástico' fue, por encima de otras muchas cosas, una historia de amor por un coche como no ha habido otro igual.

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