Hace décadas pensar en un descapotable se resumía en el dilema de decir 'hola' al estilo y 'adiós' a la deportividad, no por falta de potencia, sino por la imposibilidad de igualar la rigidez estructural de un coupé. Por fortuna, el tiempo ha traído consigo una importante evolución en el segmento, y ahora a nivel comportamiento es casi lo mismo conducir con o sin techo, pero con punto extra en la experiencia de sentir el aire en la cabeza.
La verdad es que, aunque lo mío son los hatchback deportivos, siempre todos tenemos nuestra wishlist de descapotables, que los hay de todos los precios, tamaños, colores y sabores. Reducirla a sólo seis modelos ha sido complicado, pero tras una —quizás dos— tazas de café he sido capaz de decidir cuáles serían esos seis descapotables donde despeinarme significaría una linda consecuencia de una tarde de diversión al aire libre. ¿Te subes al viaje?
Mazda MX-5
Que no lo escuchen mis colegas ingleses, porque se enojarían si me oyen decir que el Mazda MX-5 es uno de los mejores roadsters que hay en el mercado. Si por algo han brillado los Mazda es por sus sensaciones al volante, y el MX-5 no es la excepción. Su ligereza y su astuto reparto de pesos lo convierten en un coche diseñado para conducirse, no sólo para admirarse —por dentro y por fuera.
Además, para los más conservadores, el Mazda MX-5 sigue apostando por los motores atmosféricos y la entrega progresiva de par y de potencia —más de lo que pueden decir los nuevos Ford Mustang y Chevrolet Camaro. Ni motores turboalimentados ni nada por el estilo, el Mazda MX-5 no necesita más potencia de la que ya tiene —claro que no despreciaría para nada unos cuantos CV extra— pues es la prueba de que cuando se sabe de ingeniería, se entiende que la potencia no lo es todo.
BMW M4 Cabrio
Ahora bien, si el precio no es mayor problema —y que hasta cierto punto me sigo viendo racional— un día de estos termino yendo al concesionario BMW a por un M4 Convertible. Y por 'un día de estos' me refiero a alguno del 2055 en adelante si dejo de gastar en hipoteca, comida y tal por el resto de mis días.
Dejar de comer y de vivir bajo un techo cobra mucho sentido una vez que coges el volante del BMW M4, liberas sus 430 CV y respiras el olor a calidad de su habitáculo. Es un coche que merece la pena llevar al extremo en el circuito de tu preferencia, pero que también se disfruta en cualquier carretera a la orilla del mar. Una joya de la ingeniería alemana moderna.
Opel Cabrio
Sí, vale... puedo explicarlo. Puede que suene a poco, sobre todo después de un BMW M4 Cabrio o antes de un Corvette Z06, que no sea más que un Opel Astra al que le han mandando a volar el techo y que tampoco sea un rush de emociones, pero si he de elegir un descapotable para todos los días, sería éste.
De su motor de 1.6 litros turbo se desarrollan 200 CV que son regulados mediante un cambio manual de seis velocidades (¡Sí, un descapotable manual!). De acuerdo con la marca, la velocidad máxima es de 235 km/h, aunque con esos Citroën C4 Picasso velando por nuestra seguridad, será mejor no tentar a la suerte y disfrutar de la vida por el lado izquierdo del velocímetro.
Chevrolet Corvette Z06 Convertible
Luego está éste, porque si se trata de potencia a-lo-bestia, probablemente no haya mejor representante que un descapotable yanqui. Su motor V8 de 6.2 litros entrega 625 CV, que pueden ser dosificados a través de un cambio manual o de uno automático. Por muchas opiniones que haya en pro o en contra de los Corvette de cara a los Porsche, hay que reconocer el gran trabajo de ingeniería de los americanos.
El Z06 no sólo es capaz de pegarnos la espalda al asiento tras un mínimo contacto con el acelerador, sino de mantener la compostura en curvas —o perderla si así lo deseamos— y detenerse con contundencia. Un colega mexicano me ha contado que este Corvette no fue creado para conducirse con gafas de sol porque terminan cayéndose de lo bien que frena este deportivo americano.
Porsche 911 Targa 4 GTS
Y como no he sabido decidir entre un Corvette y un Porsche 911, los he considerado a los dos para mi lista de descapotables favoritos. Aunque el Cabriolet es realmente atractivo, el Targa ha sido capaz de conquistarme. ¿No te ha pasado que al principio odias cierto coche, pero luego terminas poniéndolo de fondo de escritorio? Pues eso mismo me pasó con el Targa.
Pintado de rojo, como buen GTS, este deportivo alemán es amo y señor de las carreteras gracias a su motor de 430 CV con el que contamos hasta 4,3 segundos para haber alcanzado los 100 km/h, y continuar con el pie sobre el acelerador hasta llegar a 300 km/h.
Alfa Romeo 4C Spider
Dicen que los Alfa Romeo se crearon para ganar concursos de belleza, no carreras... ¡pero qué magnífico trabajo han hecho esos italianos con el 4C! Al igual que el Mazda MX-5, es de los pocos roadsters que aún respetan el principio de 'antes de darme un CV, quítame un kilo de encima'.
Bajo su capó no hay más que 240 CV, pero el excelente reparto de pesos y una masa que ronda los 1.000 kg lo convierten en un deportivo sumamente ágil capaz de soportar una aceleración lateral de 1.1 g y fuerzas de desaceleración de hasta 1.25 g. A falta de pasta para un Ferrari, el 4C Spider es la mejor opción —si no queremos salir de Italia, claro.
En Motorpasión | Las seis carreteras a las que vuelve Gerardo García siempre que puede