BMW Isetta clásico

1954. Poco a poco, el fantasma de la mayor guerra de la Historia se iba disipando en la castigada Alemania Federal (RDA RFA), y sus habitantes empezaron a demandar un vehículo esencial, para poderse mover, pero al menor coste posible. Bayerische Motoren Werke AG, BMW para los amigos, compró la licencia para fabricar un microcoche a la empresa italiana Iso.

Se cambió su indumentaria “a la italiana” y se le incorporó el motor 0.25 de una motocicleta BMW monocilíndrica, de 13 CV de potencia. El recién nacido Motocoupé costaba 2.550 marcos, cuando de media un trabajador ganaba 90 marcos semanales, mas 95 marcos de seguro a terceros y otros 44 de impuesto de circulación. La publicidad de entonces rezaba “menos que un perro salchicha”.

Su reducido habitáculo permitía sentarse a dos adultos y un niño pequeño. Era tan espartano que hasta el Tata Nano a su lado es un coche de lujo. El volante no tenía ningún revestimiento adicional e iba integrado en el portón, y la palanca de cambios estaba situada cerca del suelo. Si querías frío, abrías el techo, y si querías calor, el calefactor era opcional.

Con cuatro velocidades y tracción trasera, era capaz de alcanzar 85 Km/h. Su autonomía era relativamente modesta debido a su diminuto deposito de combustible, de unos 13 litros, pero el motor era muy austero en consumo: 3,67 l/100 Km. Sirvió para devolver a los alemanes la libertad de moverse por carretera abierta.

Al año siguiente de lanzarse el Isetta 250, apareció el Isetta 300, con un motor ligeramente más prestacional y la misma potencia, pero con más par: 18,4 Nm. Se podía conducir con una licencia de motocicleta normal. El modelo 300 cambiaba las ventanillas fijas de burbuja por otras que podían abrirse, con retoques de acabado y chasis.

También apareció una versión de 4 plazas y más larga, denominada Isetta 600, que necesitó un motor más potente. Con una punta de 103 Km/h, tuvo que pelear con la versión de acceso del Volkswagen Beetle, y al mejorar la economía alemana, fue decayendo el interés en los coches esenciales en favor de los coches de verdad.

Empezó siendo un coche esencial y acabó siendo un clásico e incluso un icono de la sociedad de la época. A pesar de su procedencia italiana, BMW siempre lo consideró suyo al haberle hecho un proceso de reingeniería, no se limitaron a cambiarle el escudo. La última unidad salió de fábrica en 1962.

Tenía el número 161.728. Bajo otras marcas y en otros lugares del Mundo se vendieron otros tantos más.

Gracias a Víctor por las fotos
Fotografía | BMW, Ziza, BMW World
Fuente | BMW, Wikipedia

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