Te están esperando y quieres llamar para decir que vas a llegar tarde, pero no tienes saldo. Esa sensación de rabia e impotencia en la que estamparías el móvil contra el suelo, es más o menos lo que ha experimentado el dueño de un Audi Q4 e-tron al querer sincronizar la climatización trasera de su nuevo SUV con los ajustes de la delantera. “Esta función no ha sido comprada”, le indicó la pantalla táctil de infoentretenimiento de su coche.
El automovilista en cuestión ha publicado un corto vídeo recientemente en el subreddit 'Mildly Infuriating' donde recibió más de 123.000 votos positivos y casi 6.000 comentarios en el momento de escribir este artículo.
En el vídeo se ve como al pulsar la tecla de sincronización SYNC de la climatización de su nuevo coche, éste le dice que no a va poder ser. El propietario del coche admite que había decidido no comprar el climatizador tri-zona opcional de Audi, pero a pesar de ello el coche equipa un botón SYNC.
Lo natural, si el coche tiene un botón, es pulsarlo, aunque sea para ver qué hace. En lugar de no hacer nada, o de sincronizar la temperatura de las diferentes zonas, por ejemplo, el pulsar el botón hace que aparezca un mensaje en la pantalla indicando que la función no ha sido adquirida.
La disponibilidad de la climatización trizona en serie o en opción varía de un mercado a otro. En el caso de este automovilista danés, según recoge The Drive, es una opción que cuesta 5.114 coronas, unos 687 euros.
Obviamente, el automovilista es consciente que no compró esa opción. Sin embargo, como históricamente cuando un coche no equipaba una función, tampoco estaba el botón asociado a esa función. En su lugar se solía incluir una tapa sin ninguna inscripción y cuyo diseño era similar al resto de los botones presentes.
Era una suerte de falso botón para no romper el diseño del bloque de controles en el que se situaba, pero que no engañaba a nadie. "Los falsos botones no son groseros", escribió el propietario. "Este me recuerda que soy tacaño".
El futuro son opciones por suscripción o de pago por uso
Es un ejemplo más de cómo en los coches nuevos, el software tiene cada vez más importancia y será una parte nada desdeñable del negocio de vender coches. Tesla, BMW o Mercedes, por ejemplo, ya lo han implementado.
Todos los coches equipan el mismo hardware, pero éste se vuelve funcional únicamente si se compra la opción a la que va asociada o bien se paga la suscripción anual o mensual para poder hacer uso de ello.
Por ejemplo, Tesla cobra por activar las funciones de AutoPilot Mejorado, en algunos mercados, y por activar el Full Self-Driving (FSD), que actualmente está en fase beta solo para algunos usuarios de EUU y Canadá.
Otro ejemplo, el Mercedes EQS viene equipado con una dirección a las cuatro ruedas. Todos los EQS fabricados equipan esa dirección, con todo el hardware necesario, pero en Alemania la dirección a las cuatro ruedas es opcional. De serie, simplemente no funciona. Se puede activar en cualquier momento pagando una suscripción anual de 489 euros o bien optar por un pack de tres años y en ese caso el precio baja a 300 euros al año.
BMW, por su parte, ha decidido explorar hasta dónde puede llegar con las suscripciones y pide 17 euros al mes por usar los asientos calefactables. La idea de BWM, con tiempos de suscripciones más cortos es acercase al pago por uso.
El objetivo de estos equipamientos que se desbloquean previo pago es generar un flujo extra de miles de millones al año, que continúa mucho después de fabricar y vender cada coche. Y eso, tanto con el primer cliente, el que compró el coche nuevo, como con los sucesivos dueños que compren el coche de segunda mano.
Del mismo modo con las actualizaciones remotas OTA (over-the-air), será posible que las marcas ofrezcan promociones y descuentos en la activación de esos equipamientos. O incluso que, en lugar de simplemente recordarle al dueño del coche que es un tacaño, le invite a comprar esa función: “Esta función no está disponible. Actívala desde 17,99 al mes.”