Esta es la historia de cómo empezaron los coches a arder hasta las trancas. O al menos, podría serlo. Corría el año 2005 y en el campeonato polaco de turismos teníamos a este precioso Audi TT que inicia la maniobra de repostaje y cambio de piloto.
Y empieza a arder. Los mecánicos se afanan en apagarlo, pero cuando ya parece estar resuelto el tema… vuelta a arder. Utilizan espuma, tanta, que yo creo que podían haber montado de paso una buena fiesta con camisetas y tal…
La verdad es que, fuera bromas, es impresionante cómo por mucho que le echen productos anti fuego, eso sigue ahí, de cabezón, arde que arde. Es la eterna lucha Alemania contra Italia, ¿quién arde mejor?
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