El Audi TT marcó una época cuando salió al mercado la primera versión, hace ya más de diez años. Sus formas redondeadas casi simétricas entre la parte delantera y trasera fueron todo un acierto, y por eso esta segunda versión ha recibido pocos cambios estéticos.
A pesar de las aparentes pocas novedades, en esta prueba del TTS Roadster comprobaremos cómo entre un coche y otro solo hay en común el nombre.
El nuevo TTS está a la venta desde mediados de este año en dos versiones, una roadster y otra coupé, y está disponible con cambio manual de seis velocidades o automática/secuencial S-Tronic (también conocido como DSG en el grupo), todas ellas combinadas con el motor 2.0 TFSI, que para esta versión deportiva desarrolla 272 caballos de potencia.
Hace 8 años, cuando me saqué el carnet de conducir, tuve ocasión de probar el primer Audi TT, con 180 caballos. La verdad que los recuerdos que tenía de el no eran precisamente muy buenos, ya que se trataba de un coche que llamaba mucho la atención estéticamente, pero que dinámicamente no se encontraba a la altura.
Además uno de los aspectos que más recordaba del primer TT era lo agobiante que era su habitáculo. Sentado en los asientos delanteros la sensación de claustrofobia era una constante, y no quiero ni recordar la tortura en la que se convertían las plazas traseras.
Cuando llegué a recoger el TTS Roadster para la prueba, estuve más de media hora esperando a que me lo entregasen. En ese tiempo me dio tiempo a ver todos los coches que había en el Audi Forum de la calle Orense de Madrid, el principal centro de exposición de vehículos de la marca de los cuatro aros en España.
Uno de los coches que allí había era un TTS Roadster a tope de equipamiento muy llamativo. Era de color blanco, sin duda alguna el color de moda en los coches deportivos. Hace años era de los que pensaba que el blanco era un color de taxis y ambulancias, pero he de admitir que mis gustos han cambiado.
El blanco perla le quedaba de lujo al TTS Roadster expuesto, y con la capota negra resaltaba mucho sus líneas.
Las llantas opcionales de 18 pulgadas (tanto como las de serie), los espejos retrovisores cromados y las preciosas cuatro salidas de escape traseras le dan un aspecto realmente espectacular, y he de confesar que el exterior de ese TTS Roadster me cautivó.
Le eché un vistazo al interior, y era toda una maravilla. Los asientos estaban tapizados en cuero marrón, y en los laterales las costuras de estilo “guante de béisbol” (cuero Implus en el catálogo Audi) creaban un conjunto muy personal, diferente a todos los tapizados que había visto hasta el momento.
Pantalla multifunción con DVD, navegador, sistema de sonido BOSE, levas para el cambio S-Tronic en el volante, mandos multifunción en el volante. Ese TTS Roadster tenía absolutamente de todo, era perfecto. Al lado del coche, una ficha técnica describía todo el equipamiento que llevaba la unidad expuesta.
El precio del modelo base es de 55.860 euros, 58.330 euros si lo equipamos con el cambio S-Tronic. Solo las llantas de 18 pulgadas y cinco palos dobles que llevaba el coche de exposición costaban 1.220 euros, y eso que su diámetro es el mismo que en las de serie.
Con todos los extras que llevaba, el TTS Roadster expuesto costaba 67.700 euros, ¡9.370 euros más que el modelo de serie! Y no os creáis que llevaba absolutamente todo, sino que todavía se podía completar con detalles como los asientos backet eléctricos, que cuestan ni más ni menos que 3.490 euros.
Escucho entonces cómo se abre la puerta del ascensor para coches que da acceso a la exposición desde el garaje donde se guardan los vehículos de pruebas, y veo como aparece el morro de un TTS Roadster blanco, aparentemente igual al que estaba admirando en la exposición.
Cuando se acerca el coche, compruebo que era un hermano gemelo de éste, y ese iba a ser mi coche durante siete días. “He tenido suerte”, pensé.
Mañana más…