Si nos leísteis ayer sabréis que Audi ha actualizado su SUV mediano, el Audi Q5. Como vimos, cambia tanto por fuera como por dentro, pero es que además también se modifican los motores de la oferta para conseguir mayores prestaciones y reducir al mismo tiempo las cifras de consumo.
Vistos ya los principales cambios estéticos del modelo y habiendo hablado también con detenimiento sobre los diferentes motores, hoy toca meterse en la parte más interesante, en la que os contamos qué nos han parecido los motores probados, las cualidades dinámicas del coche y, en general, cualquier cosa que nos haya llamado la atención, para bien o para mal.
También vamos a hacer especial hincapié en el tope de gama de la familia Q5, el primer modelo S con motorización diésel: el Audi SQ5 TDI, que monta todo un 3.0 TDI biturbo de 313 CV de potencia y 650 Nm de par, una auténtica bestia. ¿Quieres conocerlo? Síguenos.
Durante la presentación del modelo, que se ha llevado a cabo en la ciudad alemana de Múnich, tuvimos a nuestra disposición casi todas las motorizaciones de la gama, aunque pudimos probar sólo tres: el 2.0 TFSI de 225 CV, un 3.0 TDI de 245 CV y el SQ5 TDI de 313 CV.
Antes de ir con el plato fuerte, que es obviamente la variante S, vamos a comentar qué nos han parecido las otras dos motorizaciones y qué nos ha transmitido el coche durante los recorridos que llevamos a cabo, incluidas carreteras de curvas y tramos sin límite de Autobahn.
Dos litros y dos sabores
No hablamos de helado, sino de motores. Ambos son de dos litros de cilindrada, pero tienen sabores completamente distintos. Uno sabe más a gasolina y el otro más a diésel. No me preguntéis cuál es la diferencia en el sabor, pero digo yo que la habrá.
El primero de los dos motores que condujimos fue el 2.0 TFSI de 225 CV en combinación con la tracción integral Quattro y un cambio automático de convertidor de par denominado Tiptronic, de nada menos que ocho velocidades. La verdad es que si cambias manualmente parecen muchas pero, si conduces en modo automático, ni te enteras. El Tiptronic es un cambio muy suave y cómodo, pero no es el más adecuado si vamos a llevar habitualmente una conducción deportiva.
Antes de probar esta versión ya había cogido en otros modelos de la marca este dos litros TFSI (aunque antes de las evoluciones, eso sí) y siempre me ha gustado, a pesar de dar menos potencia que la de ahora (180 y 211 CV, según versiones y modelos).
Se trata de un motor muy enérgico y muy lleno, que empuja en todo el rango de vueltas. El “problema” es que en un coche como este, que roza las dos toneladas, esa sensación de empuje no es tan acusada a pesar de gozar de 350 Nm de par máximo ¡y desde las 1.500 vueltas!, que para un motor de gasolina está muy bien.
El consumo homologado con la caja manual es de 7,6 litros a los cien, mientras que con el cambio Tiptronic aumenta a 7,9 litros. Nosotros hicimos una ruta de unos 60 kilómetros por carreteras de curvas y algo de autovía y conseguimos una media de 10 litros, pegando algún acelerón y superando los 120 km/h (legalmente) en un tramo de Autobahn.
También hemos conducido el 3.0 TDI de seis cilindros en V y 245 CV con cambio automático S-Tronic de siete velocidades, que mueve mejor al Q5, pero claro, habrá quien prefiera un gasolina. En ese caso la opción más adecuada es probable que sea el 3.0 TFSI, que con sus 272 CV y 400 Nm seguro que hace un buen trabajo.
La diferencia de potencia entre el 2.0 TFSI y el 3.0 TDI es de apenas 20 CV, pero el par de éste último es 230 Nm superior (580 Nm en total), lo que le hace ser mucho más enérgico y mover con mucha más facilidad al Audi Q5 (además de la posibilidad de remolcar más peso si es que lo necesitamos, obviamente).
Con este 3 litros TDI de 245 CV hicimos también una ruta corta, de unos 60 kilómetros, y a un ritmo sosegado, pero sin buscar consumos. La media que arrojaba el ordenador cuando volvimos al “centro de operaciones” era de 7 litros a los cien kilómetros. Teniendo en cuenta que esta versión homologa 6,4 litros, el resultado no está nada mal.
Siempre me han gustado los motores de gasolina (y me siguen gustando, a poder ser atmosféricos) y los prefiero frente a un diésel, pero hay que reconocer que las prestaciones de los diésel actuales, las cifras de consumo y su refinamiento los convierten en una opción muy a tener en cuenta.
Al volante
En cualquiera de las dos versiones mencionadas, y obviando las diferencias de sus motores y sus cambios (el S-Tronic permite una conducción más deportiva), las sensaciones que transmite al conductor son muy buenas para un coche de su segmento.
Como ya he dicho (no sé si en esta o en la parte anterior), no me convencen los coches sobreelevados, precisamente por los acusados balanceos de la carrocería y por elevar innecesariamente el centro de gravedad del vehículo. A pesar de esto, el Audi Q5 se comporta muy bien en carretera. A mí me ha sorprendido gratamente.
Los balanceos de los que hablo apenas existen en este coche y además se muestra bastante estable en casi cualquier circunstancia, incluso a velocidades elevadas por autovía. Nosotros lo probamos un día muy ventoso y apenas notábamos el viento en la dirección (salvo adelantando camiones, eso sí, situación en la que sí se meneaba un poco, como es natural).
La tracción Quattro, todo hay que decirlo, tiene gran parte de culpa en el hecho de que las versiones que condujimos se pegaran al suelo como una lapa. De cualquier manera, y aunque no rodamos fuerte puesto que estábamos en carretera abierta, el límite de agarre del coche estaba bastante más lejos de lo que nosotros llegamos a comprobar.
Todos los coches que probamos contaban con el Audi Drive Select, un opcional que permite elegir entre cinco modos de conducción que cambian ligeramente el carácter del coche. Los modos son Normal, Comfort, Efficiency, Auto e Individual (con éste último podemos configurar por separado cada parámetro, pero sólo si llevamos instalado el MMI).
Los cambios que se aprecian entre los diferentes modos afectan principalmente al conjunto motor/cambio y a la dirección, que resulta más pesada y es más precisa en el modo Dynamic que en el resto. En el modo Efficiency, por ejemplo, el sistema busca engranar la marcha más larga posible, mientras que en Dynamic lo que busca es la marcha en la que más respuesta vayamos a encontrar por si la necesitamos.
Entre las opciones de seguridad y asistencia más interesantes encontramos la cámara de marcha atrás, un sistema de advertencia de cambio involuntario de carril que llega a actuar incluso sobre la dirección si es necesario, asistente de ángulo muerto, control de crucero adaptativo e incluso un sistema que monitoriza las acciones del conductor y le recomienda descansar si lo cree apropiado.
Dentro del conjunto de tecnologías Audi Connect (sólo disponible con el MMI Plus), me ha resultado especialmente interesante que el navegador haga uso de imágenes de Google Maps y muestre los lugares por donde pasamos con una gran cantidad de detalles. Entre el resto de funciones encontramos información de tráfico, tiempo, etcétera…
Audi SQ5 TDI
LLegamos por fin a la versión más esperada, el primer miembro de la familia S de Audi que equipa un motor turbodiésel en lugar de uno de gasolina. En este caso se trata de un 3.0 TDI V6 Biturbo que desarrolla 313 CV y 650 Nm de par motor máximo. Llegará a los concesionarios en verano desde 58.500 euros.
Las prestaciones del vehículo impresionan, sobre todo teniendo en cuenta sus dimensiones y su peso, que ronda las dos toneladas. El empuje es enorme y la velocidad sube como la espuma (principalmente en las marchas más cortas, ya que a partir de 200 km/h le cuesta un poquito más).
De cualquier manera, y estando acostumbrado a coches prestacionales, no es su capacidad de tracción y de avanzar metros con facilidad lo que más me ha sorprendido. Lo mejor de todo es el sonido. Aunque parezca increíble, si nos montamos en el coche y nadie nos dice qué es (ni miramos el cuadro de mandos), es posible que hasta pensemos que bajo el capó esconde un V8 de gasolina, salvando las distancias… ¡pero es que suena muy bien!
Evidentemente este sonido se consigue artificialmente, mediante artefactos en el escape que consiguen la nota que los ingenieros buscan. No obstante, es sencillamente impresionante que un motor diésel pueda sonar así. De verdad, suena muy grave y ronco, como si se tratase de un ocho cilindros de gasolina, y no, no soy el único que así lo expresó. Creedme.
Durante el recorrido de prueba hicimos mucho uso de su capacidad de aceleración y también hicimos algún tramo de curvas. En cualquiera de los dos casos no hay quejas, ya que éste se comporta incluso mejor que el resto de la gama, gracias a estar rebajado y a contar con una suspensión más rígida y gomas Bridgestone en dimensiones 255/45 R20.
En el tramo de Autobahn rozamos los 240 km/h y en todo momento el coche mostró un gran aplomo, a pesar del viento. Una vez de vuelta el ordenador de a bordo marcó un consumo medio de 9,6 litros a los cien kilómetros, tras unos 100 kilómetros de ruta. No obstante, durante la primera parte del recorrido llevamos un ritmo más tranquilo y llegamos a ver cifras cercanas a los 7,5 litros.
¡Ya estoy deseando probarlo a fondo!
Precios de la gama
A continuación la relación de precios de la renovada gama Audi Q5 en sus versiones de acceso a las diferentes motorizaciones.
Q5 2.0 TFSI 180 CV Quattro manual Advance: 40.900 euros
Q5 2.0 TFSI 225 CV Quattro manual Advance: 45.300 euros
Q5 2.0 TFSI 225 CV Quattro Tiptronic Advance: 47.660 euros
Q5 Hybrid Quattro 2.0 TFSI Tiptronic Advance: 57.800 euros
Q5 3.0 TFSI 272 CV Quattro Tiptronic Advance: 53.300 euros
Q5 2.0 TDI 143 CV manual DPF Advance: 35.900 euros
Q5 2.0 TDI 143 CV Quattro manual DPF Advance: 38.370 euros
Q5 2.0 TDI 177 CV Quattro manual DPF Advance: 41.800 euros
Q5 2.0 TDI 177 CV Quattro S tronic DPF Advance: 44.070 euros
Q5 3.0 TDI Quattro S tronic DPF Advance: 54.150 euros
SQ5 3.0 TDI Quattro S Tronic: 58.500 euros
El sobreprecio para el siguiente acabado, Ambiente, es de 3.500 euros, salvo en el caso del 2.0 TFSI de 180 CV y todas las versiones del 2.0 TDI, casos en los que el sobreprecio asciende a 4.250 euros.
Los gastos del viaje para esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
En Motorpasión | Audi Q5 2012, presentación y prueba en Múnich (parte 1)