Con cerca de 50 millones de desplazamientos previstos solo en el mes de agosto y obras en la carretera, los atascos se convierten en los protagonistas de cada verano y de cada operación salida.
Y en España no destacamos precisamente por ser pacientes en cuanto el tráfico empieza a ralentizarse -no hablemos ya de dejar un corredor de emergencia al estilo alemán por si tiene que pasar una ambulancia-. Aún así, estas son las tres reglas que todo conductor debería respetar en un atasco.
"Permanecer parado en un atasco también es saber conducir", explica la DGT. Así, desde Tráfico aluden a tres normas que no suelen verse en un atasco:
1. Mantener la distancia de seguridad con el vehículo precedente. Existe un truco para calcularla si la calzada no dispone de marcas que consiste en buscar un punto de referencia fijo en la carretera, y cuando el vehículo que circula delante alcance ese punto, contar "mil ciento un, mil ciento dos", que es el equivalente a dos segundos.
Si da tiempo a contar antes de llegar al punto de referencia, significa que estamos guardando la distancia de seguridad correctamente.
No insistas en pegarte mucho al vehículo de delante. Ni ganarás tiempo ni irás más deprisa. En cambio, puedes ganarte algún "roce" inesperado.
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) August 22, 2023
En este caso, ¡mejor mantener las distancias! ↔️↔️#CeroRiesgos pic.twitter.com/JdJdWCz8FF
2. Anticipación y atención al retrovisor. Esto implica llevar la vista tres o cuatro coches por delante para saber si debemos detenernos y que un frenazo no nos pille por sorpresa. También atender a los vehículos de detrás, por si alguno andara despistado.
3. No cambiar de carril. Probablemente la regla más maltratada y la que más entorpece el tráfico: intentar ganar posiciones en un atasco a costa de la distancia de seguridad no solo es molesto, es peligroso porque reduce la capacidad de anticipación del resto de conductores. Más aún si se hace dando volantazos.
De hecho, cuando nos topamos con un estrechamiento de carril provocado por un accidente la mejor técnica es la del efecto cremallera para mejorar la fluidez del tráfico. Se trata de alternar la prioridad de paso entre los vehículos de ambos carriles para que no se colapse la circulación.
Otra circunstancia que debemos tener en cuenta y que no solo provoca más atascos, sino accidentes, es la de aminorar la marcha cuando hay un siniestro vial para ver qué ha ocurrido.
Es el denominado efecto mirón, y provoca retenciones, retraso de los servicios de emergencia y colisión por alcance en cadena.