Probamos el Hyundai Kona N: el lado más deportivo del SUV marida diversión con racionalidad
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Probamos el Hyundai Kona N: el lado más deportivo del SUV marida diversión con racionalidad

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La gama de Hyundai ha evolucionado de forma asombrosa en los últimos años. Y en absolutamente todos los ámbitos. No sólo tienen una de las gamas más completas en términos de coche generalistas, también se ha convertido en uno de los mejores fabricantes de coches eléctricos, como lo demuestran el Hyundai Kona y el Hyundai Ioniq 5.

Además, el gigante coreano también ha lanzado una amplia ofensiva en el segmento de los modelos con pretensiones deportivas, cuando otras marcas parecen haber abandonado esos modelos rebeldes.

Así, la creación de una verdadera gama de modelos deportivos con su sello N no es solamente un éxito en ventas, sino también un aviso a navegantes: Hyundai va a por todas.

La N ha sido elegida tanto como guiño al lugar de nacimiento de estos modelos vitaminados, el centro de desarrollo de Namyang, en Corea del Sur, como a la pista de referencia para todos, el 'Nürburgring Nordschleife', la cual no necesita presentación.

Hyundai disparó primero con el Hyundai i30 N, un modelo compacto de corte old school, capaz de eclipsar en sensaciones a los CUPRA León y Ford Focus ST. Le siguió el Hyundai i20 N, un pequeño utilitario caracterizado por un temperamento más juguetón que el de su hermano mayor, el i30 N. Y como no podía ser de otra manera, el tercer Hyundai N es un SUV, el Kona N.

Un traje a medida

Hyundai Kona N

La estética del Hyundai Kona N contrasta con una tendencia general en la industria hacia un diseño limpio y ordenado pero bastante sutil. Aquí no hay miramientos, el Kona N quiere tener un aspecto deportivo y no se esconde. El nuevo parachoques con amplias tomas de aire y una enorme calandra y un capó perforado dejan claras sus pretensiones.

Las rejillas y otras tomas de aire falsas no le confieren una línea especialmente refinada, pero sí agresiva y llamativa. Todos los códigos estéticos de los coches más o menos deportivos, como difusor, faldones y otros alerones están presentes. Para rematar la transformación, una línea roja subraya el coche en varios de esos elementos.

Hyundai Kona N

El Kona N es más compacto (4,22 m) que el i30 N (4,34 m) y que el i30 N Fastback (4,46 m), aun así recupera el cuatro cilindros 2.0 litros turbo en su versión Performance de 280 CV y 392 Nm de 2.100 a 4.700 rpm. Sin embargo, el Kona N no propone la posibilidad de equipar un cambio manual. En el Kona, el 2.0 litros va exclusivamente asociado a un cambio automático de doble embrague y 8 relaciones. Suficiente en todo caso para ejecutar un 0-100 km/h en 5,5 s y pasar de 80 a 120 km/h en 6,8 segundos.

Hyundai Kona N

El Kona N tiene la misma mecánica explosiva que el i30 N, pero las similitudes terminan ahí. En el Kona N ha de lidiar con un coche con una mayor altura y una distancia entre ejes que se ha acortado en 50 mm (2.600 mm). No parece gran cosa, pero la distancia entre ejes más corta y la mayor altura del coche influyen sobre el comportamiento del coche. Y no siempre para bien.

Hyundai Kona N

El motor sigue siendo brillante y otorga vivacidad en las carreteras reviradas. Al activar el modo "N" de nuestro crossover coreano, a partir de las 3.000 rpm, la aguja del cuentarrevoluciones vuela hasta el interruptor, al asalto de las 6.500 vueltas con un estridente y sugerente sonido. Y cada vez que levantamos el pie, los escapes marcan la ocasión con un característico petardeo.

Los cambios, en modo N, no están exentos de una cierta violencia. El par motor liberado en el eje delantero es tal que provoca algunas reacciones parásitas en la dirección, pero que son rápidamente neutralizadas por la electrónica.

Hyundai Kona N

En términos absolutos, el modo Normal es el más apropiado para el uso diario. La gestión es correcta y la conducción más suave. En cuanto al modo "NGS", además de aumentar la potencia en 10 CV durante 20 segundos, aumenta la rapidez del cambio de marcha.

Hyundai Kona N

Así, los pequeños tramos rectos desaparecen en un santiamén, mientras que los frenos se muestran tan potentes como fáciles de dosificar y hacen gala de resistencia. Los generosos discos delanteros de 360 mm y los traseros de 314 mm están tomados del i30 N y no desmerecen, a pesar de lidiar aquí con un coche que pasa casi 1.600 kg.

Un chasis muy logrado

Hyundai Kona N

La puesta a punto del chasis está muy lograda, aunque no es perfecta. El tren delantero es preciso, vivo, permite entrar en la curva con los frenos y salir de ella con el gas a fondo sin miramientos. Sin embargo, a pesar de contar con un diferencial de deslizamiento limitado (N Corner Carving Differential), la tracción no es óptima al salir de la curva. En más de una ocasión, la trayectoria se alarga más de la cuenta.

Es una pena porque el Kona N gira plano y hace gala de cierta agilidad, todo ello acompañado por la banda sonora del rabioso motor que sólo quiere subir de vueltas. Y no es el único apartado en el que el Kona N podría mejorar.

Hyundai Kona N

La mayor distancia al suelo hace que para limitar los movimientos de carrocería, las suspensiones sean descaradamente firmes. El resultado es un coche demasiado rígido a bajas velocidades en detrimento del confort.

Aunque el chasis se vuelve más cómodo a medida que aumenta el ritmo, la combinación de un centro de gravedad alto, una suspensión muy firme y una distancia entre ejes más corta que la del i30 N da lugar a algunas sacudidas que pueden ser un tanto desagradables.

Hyundai Kona N

En conducción deportiva debemos echar mano de las levas de cambio o, mejor aún, de la palanca que se acciona en el sentido correcto (empujando para bajar la marcha, tirando para subirla) porque en modo automático la respuesta se hace a veces esperar. En ocasiones aguanta la marcha más de lo necesario y en otras sube de marcha con demasiada prontitud.

La última queja, pero inherente a los SUV, es que la posición de conducción un tanto alta estropea un poco el placer de conducción, aunque los asientos son muy cómodos y sujetan globalmente bien.

A bordo del Kona N

Más allá de los elementos propios de esta versión deportiva (asientos delanteros envolventes, tapicería, levas de cambio, etc), el Kona N mantiene las cualidades del resto de la gama Kona en términos de espacio interior.

Hyundai Kona N asientos

Uno de los puntos positivos del Hyundai Kona desde sus inicios ha su excelente habitabilidad con respecto a sus dimensiones exteriores. Sólo mide 4,20 m de largo, pero sigue mimando a sus pasajeros traseros con mucho espacio para las rodillas, lo que puede ayudarles a olvidarse de la excesiva firmeza de los asientos. Por otra parte, están en una posición un tanto alta por lo que el espacio para la cabeza es un poco limitado detrás para los más altos (más de 1,85 m).

En cuanto al maletero, puede absorber unos más que correctos 374 litros de volumen de carga. A modo comparación, el Toyota C-HR puede contar con 358 litros, el Volkswagen T-Cross con 385 litros y el Renault Captur E-Tech (híbrido no enchufable), con entre 305 y 440 litros gracias a sus asientos traseros correderos. A una cierta deportividad, el Kona N añade aspectos prácticos bienvenidos. Es la unión de la razón y la pasión.

En tierra de nadie, o casi

Hyundai Kona N

En el mercado, el Kona N se mueve un poco en tierra de nadie. Un Volkswagen T-Roc R es descaradamente más caro (desde 54.605 euros) y no va tan bien como el Kona N.

También está el Ford Puma ST, que es más económico (desde 33.496 euros), pero sólo desarrolla 200 CV. Y a pesar de un excelente chasis y de ser un modelo muy divertido, el déficit de potencia puede ser demasiado para algunos.

Al final, el CUPRA Ateca (desde 46.480 euros) se posiciona como su principal rival. Tiene un nivel dinámico que sigue siendo la referencia de los SUV compactos, ofrece la tracción integral, más habitabilidad (también es más grande) y la cifra altamente simbólica de 300 CV.

Hyundai Kona N: nuestra valoración

7,7

Diseño exterior 8
Diseño interior 7
Calidad 8
Habitabilidad 8
Maletero 7
Motor 8
Seguridad 8
Comportamiento 8
Comodidad 7
Precio 8

A favor

  • Comportamiento dinámico
  • Prestaciones
  • Relación precio-prestaciones

En contra

  • Gestión del cambio automático
  • Posición de conducción alta


El Hyundai Kona N es una de esas rarezas que no tiene sentido sobre el papel. Un Hyundai i20 N es mucho más divertido y un i30 N consigue un mejor compromiso entre deportividad y aspectos prácticos (y más aún con la carrocería fastback).

Y sin embargo, de algún modo, el Kona N trasciende lo que se espera de él, haciendo que cada viaje sea entretenido y emocionante. En definitiva, el fabricante coreano, con este Kona N, sigue ofreciéndonos un producto de altas prestaciones en el que no se usurpa el placer de conducción, sin renunciar a consideraciones mundanas, como la habitabilidad.

Hyundai Kona N



Motor

Gasolina. 4 cilindros en línea. 1.998 cc. turbo.

potencia máxima

280 Cv a 5.500 rpm

par máximo

392 Nm de 2.100 a 4.700 rpm

transmisión

Tracción delantera. Cambio automático de doble embrague y 8 marchas

dimensiones (Largo x ancho x alto)

4.215 x 1.800 x 1.565 mm

batalla

2.600 mm

maletero

361 litros

peso

desde 1.585 kg

80 a 120 km/h

6,9 s

0 a 100 km/h

5,5 s

velocidad máxima

240 km/h

consumo medio homologado (WLTP)

8,5 l/100 km

consumo medio en prueba

9,1 l/100 km

Precio

desde 45.600 euros

El coche para esta prueba ha sido prestado por Hyundai. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.

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