Ante la lectura de este titular, más de uno pensará que me he vuelto loco o que he abrazado los estatutos de la BAD (Brigada Anti Diesel). Sin embargo, me apoyo en un texto que me da absoluta confianza, está escrito por un científico y se apoya en suficientes y variadas fuentes como para darle alta credibilidad.
Si estás pensando en comprarte un coche alimentado a gasóleo, lo que vas a leer te interesará. Al margen de los problemas con Irán, o la reducción de producción de Libia, hay otro problema muy serio relacionado con el suministro de gasóleo. La demanda está superando a la oferta, y eso empieza a traer problemas.
Del petróleo se extraen diversos productos, como aceites, alquitrán, gasóleo, GLP, gasolina, etc. Dependiendo del origen del crudo la proporción de unos y otros cambia, pero viene a salir medio barril de gasolina o 2/3 por cada barril de petróleo. Es decir, por cada barril, se produce menos gasóleo que gasolina.
La era del gasóleo está en su cénit
El gasóleo es el combustible líder en automoción. En los barcos, camiones y autobuses su uso es masivo, mientras que la gasolina se utiliza fundamentalmente para el transporte privado. En los últimos años, el gasóleo ha experimentado un bestial crecimiento porque las mecánicas empezaron a evolucionar y a toser a las gasolina.
En mercados como el europeo, el consumo de gasolina ha ido bajando, mientras que el de gasóleo ha ido subiendo. El mayor rendimiento térmico de los motores Turbodiesel ha ido reduciendo la cuota de los gasolina. En nuestro país, 7 de cada 10 coches nuevos son alimentados a gasóleo. Esa proporción era un disparate hace solo 20 años.
Otros mercados, como el norteamericano, el de medio Oriente, o el japonés son fuertemente “gasolineros”. No hay que olvidarse tampoco del uso que se le da al gasóleo para calefacción o la agricultura. Resumiendo, se consume más gasóleo a nivel mundial que gasolina, y con bastante diferencia.
Husmeando un poco en las noticias internacionales, empezamos a encontrar titulares preocupantes acerca de la escasez de gasóleo, que todavía no es generalizada pero podría empezar en pocos años. Eso, lógicamente, conllevaría una subida de precios. Además, el gasóleo está en el punto de mira legislativo ya que es un combustible muy contaminante. Tendrá más impuestos.
Las causas de esta escasez son básicamente tres. Ya hemos visto que la demanda ha subido mucho. La segunda causa tiene que ver con que no todos los yacimientos son tan óptimos para la extracción de gasóleo, especialmente los que se empiezan a explotar en la actualidad. ¿Por qué? Un barril a más de 100 dólares hace rentable pozos que antes no lo eran.
Sabemos que el petróleo extraíble —quedará otro tantísimo imposible de extraer o que no será rentable nunca sacarlo— se acabará algún día a lo largo de este siglo. Según las fuentes más optimistas, hablaríamos de unos 40 años. Pero antes de que eso ocurra, el gasóleo se habrá “terminado” antes.
La tercera parte del problema tiene que ver con la diferencia de demanda gasóleo/gasolina. Las refinerías producen ambas cosas, pero se pide mucho gasóleo y menos gasolina. Respecto a esta última, hay que hacer un compromiso entre no perder dinero dejándola muy barata, ni comérsela con cereales si se queda muy cara.
En varias refinerías empieza a haber serios problemas de rentabilidad. Solo en Europa, 70 refinerías o han cerrado o van a cerrar. Eso tiene una consecuencia directa en la subida de precios. No es tan importante cuánto petróleo se extrae, sino cuánto se convierte en derivados petrolíferos utilizables, y eso lo hacen las refinerías.
Los fabricantes europeos han hecho una apuesta muy fuerte por el gasóleo, porque es lo que más se vende en la mayoría de los países de la Unión. Algunos se resisten, como los británicos o los suecos, que son mercados hostiles a las mangueras negras. Esa apuesta puede ser un error estratégico por mucho que reduzcan los consumos de sus motores.
¿Hay escapatoria?
En otros países, como Polonia o Italia, existe la alternativa del GLP, que es un derivado petrolífero muy barato de extraer, producir y comercializar. En España de momento es una posibilidad emergente, ampliamente desconocida por el gran público. Tenemos más de 100 EESS que lo venden, Polonia tiene miles.
A medio y largo plazo, el gasóleo se irá encareciendo más por los problemas que he enumerado, y se pueden agravar más si hay un conflicto bélico con Irán. Los gasolina están volviendo a ser muy competitivos gracias a la reducción de cilindrada, sobrealimentación, inyección directa, hibridación y demás técnicas.
En la presentación del Focus 1.0 EcoBoost nos contaron que los gasolina van a tener un fuerte protagonismo en los próximos años. Visto lo visto, no van muy desencaminados. El biodiesel paliará parte del problema, pero no deja de ser un parche ante un problemón que viene de lejos. Es como un tren de mercancías que va sin frenos hasta los topes de la vía muerta.
Recomiendo encarecidamente la lectura del artículo original del Doctor Antonio Turiel, del CSIC, así como de los múltiples enlaces con los que está apoyado su discurso. El futuro del gasóleo pinta más negro que el color de sus mangueras. Los avisos empiezan a llegar, ¿reaccionaremos a tiempo?
Fuente | El pico del diésel, Oil Crash