Hace unos días pude ver por primera vez en vivo el BMW Serie 5 GT. Sí, ya sabéis, esa apuesta de BMW por inventarse un segmento denominado PAS, un híbrido entre el Serie 5 y el X6.
Tenía mis dudas, pero al verlo he entendido del todo la filosofía: en BMW se reformulan la pregunta de “cómo me gustaría conducir”. Viendo las cosas con la perspectiva de un SUV, pero en algo que parezca un coche de verdad y no un todoterreno. Y quizás así nazca el BMW Serie 5 GT.
Al tenerlo delante he entendido su filosofía, pero también he pensado que la idea no es tan novedosa. ¿Qué hay del Renault Vel Satis? No tienen nada que ver, estaréis pensando. Y es cierto, son distintos segmentos y poco tiene que ver uno con el otro.
Sin embargo, tienen un punto en común: ese intento de redefinir el concepto de coche, que Renault tantas veces ha intentado con mayor o menor éxito. Renault se atrevió en 2001 a crear un coche de lujo francés con una orientación distinta al Peugeot 607 o a lo que sería el Citroën C6.
Era coche alto, ancho y con mucha presencia, más preocupado de la sensación interior que del aspecto exterior. Y lo cierto es que sus ventas no funcionaron demasiado bien.
Ahora BMW presenta un coche con una idea que no es la misma, pero es igual. ¿Tendrán el mismo éxito? Es posible que no, porque Renault se salía de su segmento habitual y BMW no tanto. En resumen: aplauso para Renault y doble aplauso para BMW.
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