Una tranquila mañana de domingo, bajas al garaje y sacas tu preciado clásico a pasear por las calles de tu ciudad. Algo normal (si no tienes clásico, sustitúyelo por coche de diario) que puede hacer cualquiera, pero lo que no es tan normal es que dicho clásico esconda bajo el capó 2.000 CV de puro músculo de Detroit.
Y eso es lo que nos muestra este (supongo) ingeniero de Nelson Racing Engines a bordo de este hipermusculado 1963 Pontiac LeMans, que es tan fácil pisarle a fondo como pasear con él como si de un daily driver más se tratase.
Toda esa desmesurada potencia sale de un big block Chevy V8 522 al que le han atornillado un sistema de doble turbo. Increíble como acelera en tercera este monstruo.
Vía | diariomotor.com
Más información | Nelson Racing Engines