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HOY SE HABLA DE
Cuando el hambre aprieta, se agudiza el ingenio, eso lo sabemos todos. Pues por lo visto, el ingeniero que inventó los maderáticos (licencia personal mía) se acababa de pegar un buen atracón justo antes de ponerse a diseñarlos, porque vamos, es de todo menos ingenioso…
¿No se habrá dado cuenta de que tienen un fallo gordísimo? ¡Pero hombre de dios, que así no se refrigeran los frenos!
Fuera de coñas y pensando en serio, el dueño de este (póngase aquí el coche que sea) tiene que tener los riñones y las posaderas como piedras. Por la pinta que tiene el coche, asientos cómodos y suspensiones bien regladas no parece tener, así que eso tiene que ser de todo menos cómodo de conducir.
Vía | 4wheelsblog